"La palomita Maricela"
Erase una vez una palomita que vivía en lo alto de la torre del reloj de la Plaza Prat. Maricela como era tan pequeñita aún no sabía volar, entonces tenía que esperar a su papá, el gran señor Pichón y la encantadora señora Miguelina su mamá, para que le trajieran el alimento que las personas en la plaza le daban. Llegó un día en donde Maricela emprendió vuelo junto a sus padres para cambiarse del gran reloj a la antigua techumbre del Teatro Municipal de la cuidad de Iquique. Una vez que llegaron al teatro, Maricela muy curiosa le preguntó a su papá Pichón - ¿Por qué hay tantos niños en el teatro? – y el papá Pichón le respondió – Porque se están graduando – y Maricela preguntó nuevamente - ¿y por qué se están graduando?- a lo que papá Pichón respondió - Porque han dado un gran paso en sus vidas, al igual que tú cuando iniciaste tu primer vuelo desde el reloj de la plaza Prat hasta este hermoso Teatro Municipal.
Una tarde de primavera, la palomita Maricela como ya había aprendido a volar decició salir sin el permiso de sus padres, volando … volando llegó hasta un lugar, el cual ella no conocía y de pronto se le acercó un enorme pelícano llamado Arturo, quién le preguntó -¿Qué estás haciendo tan lejos de tu casa pequeña palomita?- y ella respondió – Estoy perdida, ¿Dónde estoy?- el señor pelícano le dijo – Estamos en el muelle de pasajeros, y años atrás aquí se cargaban los barcos con salitre y se llevaban hacía otros países -. La palomita Maricela le pidió al señor Pelícano Arturo, que era amigo de su padre, la compañara hasta su casa ubicada en la techumbre del Teatro Municipal. Cuando llegaron al lugar se dieron cuenta que la familia de Maricela no se encontraba. Entonces el señor pelícano Arturo le dijo a la palomita – No te asustes, yo sé donde están tus padres, sígueme! – Asi el señor pelícano y la palomita emprendieron el vuelo por el hermoso paseo Baquedano hasta que llegaron al antiguo Palacio Astoreca, donde entremedio de la techumbre se encontraba papá Pichón y la señora Miguelina junto a un nuevo nido, el que tenía en su interior dos huevitos, los cuales se convertirían en los nuevos hermanos, lo que puso muy felíz a la palomita Maricela.
Una tarde de primavera, la palomita Maricela como ya había aprendido a volar decició salir sin el permiso de sus padres, volando … volando llegó hasta un lugar, el cual ella no conocía y de pronto se le acercó un enorme pelícano llamado Arturo, quién le preguntó -¿Qué estás haciendo tan lejos de tu casa pequeña palomita?- y ella respondió – Estoy perdida, ¿Dónde estoy?- el señor pelícano le dijo – Estamos en el muelle de pasajeros, y años atrás aquí se cargaban los barcos con salitre y se llevaban hacía otros países -. La palomita Maricela le pidió al señor Pelícano Arturo, que era amigo de su padre, la compañara hasta su casa ubicada en la techumbre del Teatro Municipal. Cuando llegaron al lugar se dieron cuenta que la familia de Maricela no se encontraba. Entonces el señor pelícano Arturo le dijo a la palomita – No te asustes, yo sé donde están tus padres, sígueme! – Asi el señor pelícano y la palomita emprendieron el vuelo por el hermoso paseo Baquedano hasta que llegaron al antiguo Palacio Astoreca, donde entremedio de la techumbre se encontraba papá Pichón y la señora Miguelina junto a un nuevo nido, el que tenía en su interior dos huevitos, los cuales se convertirían en los nuevos hermanos, lo que puso muy felíz a la palomita Maricela.
3 comentarios:
hola sabes me encanto tu cuento, esta muy bueno para contarselo a los párvulos, cuidate mucho bendiciones bye bye
Estudio Educ basica c/m Parvulos y estamos preparando unos trabajos didactico para prescolar y escolar y tu cuento me encano..es ideal... lo publicare (ojala nadie lo copia mas que yo)...suerte y saludos de otra Iquiqueña
Hola, tu cuento es hermoso, lo voy a usar en un taller literario para mostrarles a los niños de Curicó cómo es la ciudad de Iquique. Sólo una cosa te diría: el cuento tiene errores de ortografía, trata de corregirlos.
Muchas gracias por tu cuento y ¡felicitaciones!
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